En este sentido la escuela debe convertirse en el lugar donde confluyen las acciones de muchas personas en torno a lo que debería ser la meta común a todos consistente en la educación de los niños y jóvenes.
La escuela
necesita convertirse en el lugar en donde las personas que trabajan como
profesores en ese lugar, o como directivos, tengan la posibilidad de tomar
parte en las decisiones que afectan directamente su trabajo o bien impactan en
el desarrollo de la educación. Sin pasar por encima de las leyes que rigen la
educación en México, son ellos, los profesores los que se enfrentan a la
realidad educativa día con día con sus alumnos. Debe brindárseles la
oportunidad de que participen en la toma de decisiones, porque éstas implican
cambios en sus acciones pedagógicas con las que él y sus alumnos trabajarán de
manera conjunta.