Para que ocurran realmente los cambios que pudieran afectar positivamente los rendimientos escolares en todos sentidos, es absolutamente necesario que la comunidad escolar se involucre en los mismos.
Es vital que los
padres y madres de familia "entren" a la escuela, jamás con la idea
de "fiscalizar el trabajo del enemigo", sino con la intención de
buscar la mejor forma de "colaborar con el amigo". Es necesario que
entre el padre o la madre del alumno y el profesor haya amistad, si se quiere y
si puede llamarse "amistad profesional" que propicie una triple
relación de respeto.
El padre y la madre
de familia están obligados a darles a sus hijos educación desde su casa, pero
también educación formal en las escuelas.
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